Los juglares eran artistas de entretenimiento de la Europa medieval, comprendía a finos instrumentistas, agudos poetas, diestros malabaristas que se dedicaban a cantar y contar historias y leyendas.
Se diferenciaban de los trovadores por los orígenes más humildes, por tener como fin entretener y no ser autores de sus versos, porque generalmente utilizaban copias de los versos hechos por los trovadores pero arreglados por ellos mismos, aunque siempre existían aquellos juglares que componían sus propias obras. Dentro de la primera etapa de la Edad Media, entre el siglo X y la primera mitad del siglo XIII predominaban los juglares épicos (poetas cultos en realidad) que recitaban (no siempre) tiradas y fragmentos de poesía narrativa o biográfica. A partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el siglo XIV predominaban más los juglares líricos que recitaban la llamada “poesía cortesana”. El término juglar deriva del latín joculator, que a su vez está relacionado con jocus (juego). El vocablo apareció en el concilio de Cartago del año 436 d.C. y se difundió durante la Edad Media.
Había tres clases de juglares:
- Unos independientes y libres, con vida de bohemios, que no vivían en ninguna parte y se los podía encontrar dónde había fiestas.
- Otros formaban parte del ámbito cortesano y posteriormente fueron los bufones de la comedias del Siglo de Oro.
- Otros estaban a sueldo de ciertos trovadores principales, viajando con ellos, siendo sus mensajeros, precediéndoles o acompañándoles en sus visitas a las Cortes del rey.
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